jueves, 7 de junio de 2012

EXISTE OTRA VIDA


Parecería que a Humberto sus padres ya le habrían marcado el destino de su vida antes de nacer; tan solo con la elección del nombre; Humberto es de origen germánico y significa “oso gigante, brillante y famoso”, según la antroponimia se trata de una persona que: se expresa como pensador original y realizador cabal, tanto al considerar las cosas como en su manera de proceder. Se agiganta en las empresas sin precedente, unas veces para hacer surgir lo nuevo y otras para dar a lo viejo nuevos servicios, en ambos casos, con miras al presente y al futuro. Ama lo práctico. Podría destacarse en profesiones como inventor, aviador, ingeniero, maestro, comerciante, líder, administrador.


Y Humberto no pudo escapar al designo de sus padres, haciendo gala de su nombre se posicionó, después de mucho estudio y esfuerzo en el administrador principal de una empresa comercial de primera línea, referente gerencial, con un muy buen sueldo, bonus anuales y demás beneficios de ejecutivo senior.
Un infatigable luchador, próximo a los cincuenta años, casado con muchos problemas matrimoniales, con un par de hijos mayores pero dependientes económicamente de él, meticuloso provocador del destino, departamento propio, casa de fin de semana, empedernido en propuestas y desafíos, con coche propio y otro de la mujer que no para de exigirle lujos, no deja pasar un minuto sin estar generando proyectos, de carácter firme, convincente, muy temperamental, impulsivo y hasta fanático en sus ideales empresarios, ya lleva dos infartos a cuesta……..

Fueron en distintos instantes de su vida, casi podría decirse que fueron infartos generados por él mismo, en su forma meticulosa y programada que lleva de sus actos, también esos infortunios los tenía en cuenta y no los evitó, se encargó de atacar al miocardio como si fuera un ente de la competencia, le puso tanta garra a la cosa que los infartos le salieron casi perfectos, con un intervalo de cinco años entre uno y otro, el primero cuando acababa de cumplir los cuarenta años y  debía sobre exponerse al límite de sus fuerzas y capacidad para poder cubrir la exigencias de su esposa que no dejaba de vivir en la burbuja de la típica “mujer de un ejecutivo”;  el otro cuando agotado de sus problemas matrimoniales pretendió darle un corte a la relación y la esposa salió pidiéndole una fortuna por el divorcio; ello, además del infarto provocó que a partir de ahí cada uno hiciera su vida por separado aún viviendo bajo el mismo techo y aparentando  para el resto de la gente una buena convivencia; Humberto necesitaba esa imagen familiar por su progreso en la empresa y su esposa necesitaba el nivel de vida que le aseguraba su marido, un convenio perfecto, hipócrita, pero perfecto.

En Humberto, todo es muy pasional, con su trabajo, con sus empleados, con su amiga de años, con la cual convive a tiempo compartido y así la joven Analía lo acepta por que sabe que esos momentos son el único instante de felicidad con que cuentan ambos; él también lo siente así y continuamente busca refugio en ese amor que debe callar como algo clandestino.- 


Aquello de “oso gigante, brillante y famoso” parecería que lo hubiese estudiado alguna vez, se mueve como tal, un poco tosco en su desplazamiento, impulsivo, arremetedor, pero a la hora de los resultados no deja de ser calificado como “ganador”; así lo distinguen en la empresa y así es visto en el directorio; quizás por tantos méritos es que le perdonan algunas actitudes incorrectas, desplantes o estados eufóricos; es común verlo vociferar y festejar el resultado de un buen negocio tal si fuera el gol en una cancha de fútbol, y reputear hasta el cansancio cuando las cosas no se le dan.

La administración del tiempo, es un fenómeno que nadie se explica, siempre tiene un instante para todos, los días de Humberto tienen 48, 72, 96 horas, según las que necesite, es inagotable; arranca a las seis de la mañana y no descansa, si se puede decir descansar, hasta después de medianoche cuando agotado de la jornada y los dislates de su esposa logra conciliar por un rato el sueño.-
En el orden de su vida nadie tiene privilegios, su esposa, sus hijos, el trabajo, sus “llamados” amigos, sus competidores, todos están en una misma línea de exigencia, puesta a prueba y resultados, todos lo desafían, a todos les debe rendir cuentas, de ninguno se puede descuidar; aunque parezca mentira, pese a esa filosofía, tan solo queda fuera de ese contexto Analía, quien está mas allá del bien y el mal.

Los fines de semana, según sus palabras son para el placer, el descanso y planificar; es común que las noches de los sábados organice encuentros con los gerentes acompañados por sus esposas o novias en su departamento o la casa en el country, con el pretexto de escaparle a la oficina, pero a medida que avanza la reunión, entre copas, bocados, chistes, música y distracción; poco a poco los va absorbiendo y llevándolos a la médula de su intención, y los empieza a adoctrinar, provocar, desafiar; como dice él a capacitarlos inconcientemente, hasta el mismo agotamiento, pero con la satisfacción de haber logrado su cometido, contar con los mejores gerentes, “el que no esté a esa altura, el que no aguante el entrenamiento….que abandone”, es su principio.

Toda esa vida acelerada ya le pasó factura a su salud, ya tuvo un par de advertencias, pero Humberto las tomó como cosas pasajeras y provocadas por situaciones extremas que no volvería a tolerar, no es que las evitaría,… no las toleraría mas,… esto lo pinta de cuerpo entero en cuanto a su mirada de las cosas, su omnipotencia y desafío constante al destino.

Su cuerpo está molido a golpes y tiene veinte o treinta años más que la misma edad de Humberto, descuidado, exigido, pero constantemente le pide más y más; también desafía a su organismo, nada lo amilana, ni sus malestares, ni sus alertas; se sobrepone, respira,…… pasa su dedo índice entre el cuello de la camisa y la garganta, traga con cierta dificultad, ……respira hondo, se acomoda el nudo de la corbata, se arregla con las palmas de las manos los laterales de su cabellera y sale nuevamente al combate; ………sube rápidamente las escaleras como si fuera un jugador de fútbol avanzando por el túnel en busca del campo de juego………..

De pronto un sofocón,… - un ahogo? – se pregunta; se detiene, …..tambalea en sí, tose una y otra vez, el brazo izquierdo le envía un aviso y se le pone tieso….., un fuerte dolor en el pecho, un puntazo inesperado y otro más…….. quiere pedir ayuda, se niega, ……..quiere reponerse solo, pero no pasa desapercibido a las miradas de los empleados que lo rodean y lo ven transpirar en exceso, ……..otro puntazo en el pecho, esta vez como si fuera el disparo de un revolver, este le duele, hace que lleve su mano derecha sobre esa zona, hace un gesto de dolor, entrecierra los ojos y se desploma en el piso…..

Casi en forma sistemática, con lapsos perfectamente establecidos, concordante con su organización, los infartos se le dan cada cinco años, aquel a los cuarenta, luego a los cuarenta y cinco y ahora este, …. este que no es como los anteriores en que se repuso rápidamente; se lo propuso y este infarto mejoró con los anteriores, es mas violento, mas intenso, es un infarto creado a su imagen y semejanza, a su estilo de vida, atacó con todo el miocardio, la provisión sanguínea, el oxígeno, todo en uno…….. si no fuera que está postrado en una sala de terapia intensiva podría valorarlo como un éxito total.-

Pasan los días y el cuadro no mejora, la gravedad es extrema, los médicos que lo asisten están convencidos que sigue con vida por aquello de asemejarse a “un oso”; con máscara de oxigeno, alimentado por sonda, medicado al extremo, con cables por doquier y conectado a cuanto artefactos hay en la sala de terapia, no se da por vencido, quiere continuar con su actividad, reclama los celulares, el iPod, la Tablet, pide por su secretaria, sus empleados, quiere una reunión de emergencia con sus gerentes, exige, ordena, intenta desconectarse, se quita la máscara y vocifera, insulta, se convulsiona….., los médicos deciden sedarlo, pero bien sedado, al estado de un coma farmacológico.

Humberto no sabe lo que pasa a su alrededor, todos se mueven lentamente, lo atienden, lo medican, lo higienizan, pero no le escuchan, -¿no me escuchan estos pelotudos….?- se pregunta con preocupación, con irritación…. -¿pero si yo los escucho…., me hablan..,  me sonríen, si hace un rato vino mi esposa con uno de mis hijos, no se bien que me dijeron, seguro necesitarían dinero,…. se los veía preocupados….que estará pasando…..?-

El tiempo transcurre en el exterior del mundo, en el interior de Humberto no hay días ni noches, ni horas, solo hay instantes de sueño y despertares cuando lo requieren las asistencias médicas o las constantes visitas que tiene, que no se explica quienes son esas caras que aparecen de golpe y se borran, algunas conocidas de la oficina, otras de vecinos del country, algunos parientes que hace tiempo que no veía, esto lo hace recapacitar sobre la gravedad del cuadro – la puta que los parió, si aparecen todos estos es que me voy a morir,…. mierda me voy a morir, no le voy a dar el gusto a nadie, no tan fácilmente se van a deshacer de mi, seguro que esta es otra obra siniestra de mi mujer…..-; parecería que en su intimidad tuviera una lucidez y un accionar impecable, pero el cuadro de paciente es detestable, cables, conductos, máscara, balbuceante al hablar, trastocando palabras, sílabas….y la opinión de los profesionales nada alentadora en la medida que avanzan los estudios realizados; toda esta imagen, toda esa realidad, la verdad de ese cuadro es ignorada por Humberto, no le llega la data, no tiene la capacidad de asimilar la delgada línea por la cual está caminando entre un lado y otro de la vida; pero en su inconciencia prevalece su inteligencia y capacidad dominante y se propone esforzarse lo más posible para saber que pasa a su alrededor, sin demostrar ninguna alteración ni gesto que lo delate.

Y así fue que se propuso cambiar todo, no más preocupaciones, cada uno en lo suyo, que se caiga el mundo….yo me corro…., la empresa, la familia, mis pertenencia, mis ideales……-todo al carajo, quiero vivir, no quiero morir, quiero vivir…… - rompió en llanto, pero un llanto muy intimo, muy personal, muy privado, nadie de los que lo acompañaban en ese momento se dieron cuenta que estaba llorando desesperadamente, apenas advirtieron que sus manos se aferraran con fuerza y apuñaban las sábanas.

A medida que era visitado por sus allegados, parientes y amigos, entre verdad y fingiendo continuaba con su estado de inconciencia, esa modalidad neutra lo hacía sentirse bien, especular, jugar con las visitas, escuchar sus conversaciones, enterarse de los partes médicos, saber cuanto lo apreciaban unos y cuanto lo despreciaban otros; ………. una noche muy tarde, casi de madrugada, recibió la visita de su amiga Analía, esa chica con la cual convive los últimos años; el ingreso de ella a terapia se lo permitió una enfermera convencida por unos pesos.  Habían pasado varios días y Analía no sabía nada de él, de su estado, hasta que se enteró un día que llamó a la empresa haciéndose pasar por una clienta, buscó el medio, el tiempo, las circunstancias, no deseaba encontrarse con nadie, ni parientes, ni amigos, nada que le hiciera fingir su permanencia al lado del lecho de su amado, quería estar a solas con él, necesitaba hablarle, agradecerle, acariciarlo, necesitaba sentir la respiración cerca de ella, el calor de su cuerpo de oso……. y así la reconoció Humberto que se desesperaba expresándole frases de agradecimiento, frases que llegaban a los oídos de Analía de una forma inaudible, faltos de coordinación, sin continuidad gramática, pero a través de los ojos denotaba la ternura de lo que quería expresar y eso si era percibido por Analía, quien le devolvía las caricias, las palabras y el agradecimiento de años de amor; no podía permanecer mucho tiempo en la sala de terapia, a cada instante venía la enfermera para pedirle que se retirara o ¿pretendía algunos pesos más?; Analía quería permanecer toda la noche a su lado, necesitaba estar con él, le prometió volver pronto, lo fue dejando de a poco, como arrastrándose y desapareció de los ojos de Humberto en la oscuridad de la sala como si fuera un hada, dejó una estela de estrellitas, la fragancia de su perfume, la tibieza de sus caricias, sus palabras, su sonrisa, un pequeño llanto…..y todo su amor; todo esto lo percibió Humberto como si hubiese tenido unos minutos de lucidez extrema, se sintió recuperado, feliz, agradecido de un poco de amor en tanto dolor.

La experiencia vivida con su niña amada, lo hizo continuar con su casi actuación de esa somnolencia permanente, en parte la improvisaba y en parte eran los efectos de los sedantes que le continuaban dando para aplacar a “ese oso”, internamente estaba convencido y ahora más de querer vivir, no le importaba el precio, las consecuencias, las implicancias…solo quería vivir….; pero el cuadro seguía siendo demasiado grave, un físico maltratado, un tercer infarto, no denotaba signos recuperatorios, nada alentador, como tampoco eran alentadores los cuadros que alcanzaba a detectar a su alrededor, las conversaciones, las miradas, las mentiras que descubrió entre su gente de confianza, nadie se daba cuenta que él los oía perfectamente, que no pudiera expresarse bien no era sinónimo de sordera, hasta llegó a preguntarse con ira –estos pelotudos no se dan cuenta que los escucho, no se cuidan de hablar delante de mí, que quieren?, que buscan?.....-  Entre los identificados estaban algunos de sus vecinos, gerentes y directivos de la empresa y hasta su propia esposa; de la cual comenzó a dudar que siempre lo fuera a visitar coincidentemente con Henríquez quien era uno de los gerentes y colega más allegado a él en la empresa; esto lo hizo pensar:- este hijo de puta se quiere quedar con mi puesto en la empresa y con mi mujer?-…… lo que ignoraba, no de ahora, sino de hace tiempo es que el tal Henríquez siempre trató de desplazarlo de su cargo ejecutivo en la empresa y que la relación con su esposa era algo de larga data.

Humberto con su sagacidad innata, perjudicado por su estado de salud, pero superado con habilidad, trató de centrarse en cada acto de su mujer, en cada palabra, en cada llamado al celular que recibía o hacía desde el borde de la cama ignorando que él la estaba controlando; así fue que tomo conciencia de la relación promiscua que mantenía de años con su colega, que el afecto de sus hijos dependía de la cantidad de plata que les daba , que los directores de la empresa comenzaron a mostrar sus miserias al retirarle beneficios, reducción de sueldo, observaciones de los gastos de internación, inclusive se habló a la vera del lecho de pasarlo a otra clínica menos costosa que le cubriera la obra social para evitar el pago de co-seguro por parte de la empresa….. –esa misma empresa por la cual dejé mi vida, mi familia,….hijos de mil putas….-     

-No se dan cuenta que escucho todo, ¿o lo hacen a propósito?...pretenden generarme más preocupaciones que las que me generaron cuando podía defenderme…¿Qué quieren…..por favor….callense !!!!-
Este era el pensamiento constante de Humberto, solamente lo omitía cuando a la madrugada llegaba Analía a visitarlo, todo era diferente, la esperaba con ansiedad, ya casi tenía estudiada la periodicidad con que venía, el momento era después que la enfermera debía aplicarle la última inyección sedante y que también por unos pesos Humberto la convenció que no se la aplicara; esto le permitía hablar con más claridad, ahora Analía entendía todo lo que decía, inclusive sus movimientos eran mas seguros, no tenía ese temblor en las manos y su mirada permanecía con ternura pero sin ese brillo de tristeza; esos instantes eran realmente algo fuera de lugar de su realidad, no coincidían con su estado de salud y la permanencia de Analía cada vez era más prolongada debido a mayores propinas a la enfermera; esto le permitía disfrutar las madrugadas sin dormir pero con una felicidad que hacía mucho que no vivía; ese sentimiento también lo generaba no pensar más en la empresa, de no sentirse obligado con su esposa, que sus hijos volaran solos con sus problemas, que los que decían ser sus amigos se habían borrado hace tiempo y ya casi ni aparecían por la clínica, las caras casi desconsoladas de incertidumbre de algunos parientes políticos que esperaban un desenlace que no llegaba de acuerdo a lo conversado con los médicos; todo era un placer, escucharlos hablar, las tonterías e hipótesis que planeaban; era tal la suma de cosas, patéticas, cómicas, que no veía la hora de quedarse solo, con la complicidad de su enfermera amiga, en la penumbra de la sala de terapia para regodearse y reírse con todas sus ganas.

Sin abandonar su forma de ser, fijándose metas y resultados, parecería que este juego era parte de la nueva vida, así lo fue asimilando, en algún momento lo llegó a conversar con un médico practicante el cual le hacía compañía algunas madrugadas y en su ímpetu de estudiante y soñador se había impuesto sacar a ese paciente del cuadro, recuperarlo y devolverle la vida; esa lucha de ése joven médico, esa dedicación, ese desafío a horas de descanso por un ideal le hizo pensar mucho en sus comienzos, los mismos sueños, las mismas ganas, el mismo desprecio a lo material, todo eso hizo que entre ambos se forjara más que una amistad, casi una cruzada o un juramento; Walter, el joven médico en cuestión debería guardar el secreto de su mejoría, modificando algunos valores de ciertos análisis y estudios, a cambio Humberto debía prestarse a ciertas prácticas medicinales que Walter deseaba experimentar, sabiendo que de exponérselas a sus jefes de sala les serían desechadas ya que las mismas resultarían sumamente beneficiosas para el paciente y ello sería el final de un gran negocio para la clínica y los suculentos honorarios médicos.

A medida que pasaba el tiempo Humberto debía esforzarse más para disimular su mejoría, contaba con la complicidad de Walter y la siempre dispuesta enfermera a cambio de unos pesos; ya casi gozaba de ese estado de simulación e intriga, disfrutaba engañando a esa gente que le había devuelto tan mal todo lo que él les brindó, todas las satisfacciones y las exigencias que le cumplió a su esposa, nunca le había negado nada, siempre le brindó lo que le pedía por más desmedido que pareciera y a cambio de que…….. de nada; todo formaba parte de una farsa, de una comedia en la cual lo habían involucrado con el correr de los años; todos juntos, la llamada familia, la empresa, sus compañeros, los directivos…todos lo habían engañado….- Todos unos hijo de mil puta que están esperando mi muerte, mi esposa para cobrar el seguro, la empresa para dejar de pagarme el sueldo, los que siempre fingieron ser compañeros para acceder a mi posición, los directivos para quedarse con los méritos de los negocios logrados por mi, pero ¡mierda! que me voy a morir……, vos…. Walter con Analia me van a ayudar – le confesó al circunstancial contacto que le quedaba y a la joven –Necesito la colaboración de Uds. para poder salir de este estado, de este sitio, de esta vida……-  Analia y Walter se miraron sorprendidos, temieron por lo expresado, pensaron lo peor……. Humberto, se sonrió y les contó el plan de venganza que tenía pensado ejecutar, intercambiaron ideas; en las siguientes madrugadas se fue perfeccionando el proyecto; esta actividad nocturna le venía bien a Humberto ya que durante el día se la pasaba durmiendo y ese cuadro provocó por parte de los médicos bajarle al mínimo el suministro de sedantes, además con su capacidad negociadora, durante el día también había pactado, mediante una generosidad económica, con otras enfermeras para que eviten inyectarlo y estaban casi a su entera disposición; tal era así que todos los resultados de los nuevos estudios y análisis pasaban previamente por sus manos antes de llegar a los médicos, estos ni se preocupaban al ver que no existía mejoría alguna, mientras tanto ese paciente seguía generando ingresos a la clínica y honorarios para ellos.  La realidad de su salud solamente la sabía él por lo bien que se sentía, Analía por verlo cada madrugada con más fuerzas y Walter, que se sentía orgulloso de haber recuperado plenamente a ese paciente, pero con el peso de ser partícipe principal del delito de fraguar los resultados de estudios y análisis; la única preocupación era que Humberto pudiera seguir fingiendo durante el día y que no los traicionara ninguna de la enfermera involucradas.

El operativo ya había comenzado, estratégicamente los tres se movían de acuerdo a lo acordado, cada uno en sus misiones; Walter debió viajar a Uruguay para contactarse con gente conocida y de confianza de Humberto, Analia se encargó de hacer diversos movimientos de fondos, transferencias en las cuentas bancarias y además contactarse con el presidente de la empresa solicitándole una reunión privada y reservada en nombre de Humberto, mientras que él seguía con su comedia diaria de moribundo; así lo vieron en la visita casi rutinaria que hacían su esposa y Henríquez, ya no tenían ninguna reserva ante el paciente, llegaban tomados de las manos y continuamente se miraban intercambiando sonrisas y seguramente a la espera del desenlace que se hacía esperar…… en un momento ella le susurra algo al oído a su amigo, sería algo provocativo ya que los ojos de Henríquez destellaron de picardía y su bocota de baba, de inmediato ella, mirando preventivamente hacia todos lados se dirige al baño de la sala de terapia, que no estaba a más de seis metros de la cama, su amigo espera unos instantes, se quita el saco simulando tener calor, lo deja sobre la cama, se afloja la corbata, mira también observando la soledad de la sala y enfila sus pasos también hacia el baño; Humberto recapacita sobre la morbosidad de la esposa y su amigo de tentarse de hacer el amor en una sala de terapia, no lo piensa un segundo más y decide que es el momento de comenzar la última etapa de la operación.

En la intensidad y el fragor del sexo, la esposa y Henríquez no pueden imaginarse que quedaron encerrados en ese baño, después de un largo y placentero rato pretenden infructuosamente salir, se miran, no se explican como pudo trabarse la cerradura, no se animan a pedir ayuda, esperan, pasa el tiempo, no saben que pudo haber pasado, se imaginan un desperfecto, buscan alguna alternativa para justificar la presencia de los dos en ese sitio, pasa más tiempo, tímidamente golpean la puerta, sienten ahogarse, el calor se hace insoportable, ambas figuras son patéticas, pasa más de una hora y deciden pedir ayuda a los gritos.

En todo ese lapso Humberto se tomó el tiempo suficiente de cerrar el baño con llave, luego tirarla en el cesto de residuos patológico conjuntamente con el celular, los documentos y las tarjetas de crédito de su esposa que retiró de la cartera que había dejado sobre la cama; tomar del saco de su amigo los documentos y las tarjetas de crédito, de la billetera extrajo todo el dinero que se lo dejó a sus cómplices enfermeras para que no vieran nada, no escucharan nada y no dijeran nada, se cambió el camisolín de internación por un elegante conjunto sport que le había traído Analia en una de sus visitas de madrugada, se puso una chaqueta de médico que encontró en el office de terapia, acompañó la simulación con anteojos oscuros y así enfilo al ascensor y la salida, inclusive en el transcurso de su huída fue saludado por médicos y algún que otro empleado de la clínica, ignorando estos de quien se trataba en realidad esa persona que acababa de abandonar la clínica.

En la zona bancaria se encontraron Humberto y Analia, de acuerdo a lo programado, fueron directamente a los bancos donde su amigo infiel tenía sus cuentas, hablaron con los gerentes haciéndose pasar por el matrimonio Henríquez y explicándole a cada uno que él padecía un cáncer terminal, lo cual certificó en cada caso con una historia clínica ficticia armada por Walter y que antes de morir quería dejar todos sus bienes a entidades benéficas, fue así que después de una actuación de menos de dos horas todo el capital tangible de esas cuentas pasaron a conformar una misión solidaria; posteriormente pasó por una sucursal de correo y con la identidad de Henríquez en una carta documento se despachó a gusto renunciando a la empresa, amenazándolos y hasta extorsionándolos, de manera que no quedaran alternativas de ninguna reincorporación justificada.

Desesperadamente, la pareja seguía encerrada en el baño, despavoridos, desencajados, sin saber de cómo continuaría ese calvario, sus gritos y golpes no eran oídos por nadie, además los celulares los habían dejado sobre la cama, en la sala de terapia, en la cartera de ella y el saco de él; después de dos horas una persona de seguridad, que ya había pactado económicamente con Humberto su actuación, los recató de tan ridícula situación, les pidió identificarse, cosa que no pudieron hacer, discutieron, se acercó más personal de seguridad, se le dio intervención a la policía….. fue tal el revuelo, los nervios, las situaciones, que nadie advirtió que Humberto no estaba más en la cama……… la esposa y Henríquez permanecieron demorados por más de seis horas en averiguación de antecedentes y hasta que aclarasen su presencia por horas en el baño de la clínica, él contó con la ayuda de uno de los abogados de la empresa, ella con la presencia de sus hijos, pero realmente fue humillante cuando debieron justificar debidamente con lujo de detalles el encierro en el baño por horas ante esos testigos y la policía que intervino.

Humberto luego de mandar la carta documento de renuncia indeclinable en nombre de su amigo arrojó los documentos en el retrete de un baño y nunca en su vida gozó más la sensación de apretar el botón de un depósito, luego se tomó el tiempo suficiente para reunirse en terreno neutral y seguro, un bar de un amigo que cerró las puertas por unas horas de ex profeso,  con el presidente y el abogado senior de la empresa, mas un escribano, que habían sido convocados unos días antes por Analía para convenir un acuerdo comercial entre caballeros.

El presidente de la empresa, junto al abogado, estudiaron nerviosamente la documentación presentada por Humberto, hicieron varias llamadas telefónicas, cotejaron la certidumbre y acordaron en conjunto con el escribano de conciliar la cifra millonaria solicitada por Humberto para que no saliera a la luz y al conocimiento del público general los antecedentes que por años había almacenado prolijamente y que ponía en riesgo la integridad de la empresa, todo basado en negociados espurios, sobreprecios, comisiones, chantajes, extorsiones, artimañas y patrañas. Al mejor estilo de sus principios de caballeros, cerraron el trato ventajoso para ambas partes con una botella de champagne que le alcanzó el amigo del bar y también sirvió de relax por las horas de trabajo en conjunto que llevó la negociación.

Antes de retirase el presidente le recordó a Humberto que la empresa siempre lo consideró y ahora lo iban a extrañar; en ese instante recibe una llamada al celular, se disculpa un segundo y contesta con monosílabos, se lo ve preocupado y sorprendido, hace un par de preguntas y cierra el equipo, se toma la cabeza y le dice a Humberto: -Que día hoy !!!........ una última pregunta…. ¿usted sabía si Henríquez tenía problemas con nosotros? , nunca nos dijo nada y ahora me avisan que acaba de renunciar y en muy malos términos……,¡¡que basura esta gente….-; a modo de respuesta recibió silencio y un gesto de asombro, lo suficiente como para darse cuenta el presidente que ya era hora de irse.

Henríquez y la esposa de Humberto ya casi ni se ven, hace meses que él está ocupado buscando trabajo, tramitando sus documentos y tratando de recuperar algunos pesos de los que “donó a entidades de bien público”, ella buscando como hacer para vender la casa del country o el departamento pero no lo puede vender por que no tiene la firma del esposo, ya casi desesperada tuvo que vender el auto para subsistir unos meses más a un ritmo de “mujer de ejecutivo abandonada”.

Mientras tanto Humberto y Analia disfrutan del sol y la vida tranquila de Punta del Este, lugar que eligieron en el mundo para ellos y el hijo que esperan de ambos, se acomodaron en el tiempo y los placeres, desayunos en Gorlero, almuerzos embarcados en su yate, tardes de compras con su niña amada,….. y por último una pasada por la “Clínica del Dr. Walter Santana” para ver como van los negocios con su amigo……., nada de preocupaciones, ningún esfuerzo, solamente vivir……¡por que, existe otra vida !!!   

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