domingo, 28 de julio de 2013

LA CHICA MAS PUTA

Era la chica más puta del barrio, así de duro era el calificativo y la estigma que llevaba la pobre, los chicos de la barra le habían puesto “Tutti-frutti”; nadie nunca supo el por qué de ese sobre nombre, por apócope le decían “La Tutti”.

Acostumbraba a salir con pibes mayores que ella, con el que tenía moto o algunos con autos, los maltratos que recibía eran similares, la llevaban al parque Chacabuco, a los hoteles alojamiento de Flores o por las calles oscuras de Caballito.

 Era de esas niñas que desarrollan su cuerpo de golpe, pese a sus escasos años tenía una belleza y presencia de mujer, impactante…, y con un poco de maquillaje, su edad se multiplicaba. Morena, rotunda y racial. Pelo negro, largo y ojos profundos. Las compañeras la miraban por encima del hombro y la criticaban con la crueldad propia de la edad. Los chicos suspiraban por ella y soñaban con tener “algo”.

LA PLAZA DE TRINIDAD

Casi todas las tardes la plaza se viste con los mejores colores del recuerdo de la época dorada del pueblo, llegan turistas, se encienden luces, se escuchan risas, botellas que se descorchan, música de un pasado no muy lejano; parecería que por unas pocas horas todo volvería a ser como alguna vez lo ha sido.

Trinidad es por hoy un pueblo chato, arenoso y casi olvidado, pero bien recordado por muchos; nada que ver con sus tiempos de esplendor, cuando caminaban sus calles los soldados, obreros, empresarios, nada que ver con esa Trinidad pujante de los años 50´.

El pueblo se fue muriendo con el cierre de sus fábricas, el traslado del batallón del ejército, la sequía de los yacimientos y pozos de agua; con los años todo se fue desdibujando con una crueldad imposible de comprender.

EL TRIÁNGULO DE DOS

Su historia hasta entonces, había sido rutinaria y aburrida como pocas. Se puede decir que su vida empezó al conocer a esa extraña pareja. Saliendo de esa monotonía  que era el eje de su vida, descubriendo sensaciones desconocidas y que hasta entonces le eran negadas; inclusive a vivir situaciones de infidelidad que nunca habían pasado por su cabeza.

Verónica y Miguel era una pareja anormal, dispar; relacionada de años, pero ahora fracturada, sin sentimientos, indiferentes, casi ausentes uno del otro. La continuidad de los estados etílico de Miguel habían producido esa desigualdad de armonía que el matrimonio supo tener; las borrachera eran continuas y su abandono total.

Todo ese cuadro presagiaba, que de alguna forma, parecían predestinados a conocerse los tres y acabarían enlazando sus vidas de una forma promiscua.

UN RELACION DIFICIL

Ya estaban discutiendo otra vez en la sala de reuniones, a voces descarnadas como “perro y gato”, intentando imponer a fuerza de gritos el criterio de cada uno.

Siempre que se juntaban, saltaban chispas. Raro de entender que sus jefes aún les siguieran encargando los mismos proyectos.

En  el fondo sabían que eran los mejores en lo suyo, capaces de vender cualquier campaña publicitaria al más obcecado de los empresarios, y eso era bueno para la agencia, pero el costo era alto.